sábado, 7 de junio de 2014

My dog Killer



El festival de cine de Rotterdam, Países Bajos, uno de los más importantes y originales del mundo, le otorga a la presente su máximo premio, el Tiger Award, concedido cada año a tres ganadores de un primer puesto en obras primerizas, tratando de descubrir nuevos cineastas. Môj pes Killer, en el original, fue reconocida el año 2013. Está dirigida por Mira Fornay.

My dog killer (2013), se ubica en Eslovaquia, y retrata la marginación social, la xenofobia, el racismo, la segregación racial, a través de los denominados skinhead o neonazis de una parte olvidada de Europa. Marek es un jovencito prototipo, que vive en un hogar y pueblo pobre, con un padre en buena parte abandonado –pero que trabaja independientemente con viñedos- y alcohólico, y una madre separada a la que su progenitor tilda de puta por meterse con un gitano y procrear un hijo con él que yace solo a su cuidado, lo que llevará al muchacho a buscar humillar, maltratar, agredir a su pequeño e inocente medio hermano ante la vergüenza que le refleja con su grupo de desadaptados, aunque no lo son por completo.

En algún momento echan, repelen, lo miran con estupor a Marek y le hacen un sugerente comentario, discreto, pero importante en la propuesta, sobre su moto y la segunda guerra mundial, indicando un pasado que ya debía de haberse superado como una dura lección y no ha sido así, existiendo remanentes pequeños pero preocupantes, ya que el filme nos los deja ver como una corriente en parte normalizada, habiendo lugares públicos que prohíben el ingreso por cuestión racial u de origen. No obstante la fe católica colectiva pulula bastante en la obra. Pero vemos rudos pandilleros que hacen pensar en violencia sin que la veamos, mostrados aficionados al boxeo, a los muchos tatuajes, a vagabundear, a ser imponentes, territoriales y a emborracharse. A Marek se le señala de traidor y esto hace que dirija su furia “secreta” –se manifiesta bajo un estado de frialdad e inexpresividad facial- e inconsciencia hacia sostener un extremismo criminal, empático con sus afinidades ideológicas. 

El filme es minimalista, pero, sin quitar un cierto mérito en dicho logro, su capacidad de expresión termina afectándole, y deja ver como defecto una ausencia de potencia, resulta demasiado sugerente. Termina viéndose como poca cosa en realidad, como cavilación, impacto o compromiso; adolece de un grado más en producir empatía emotiva si bien tiene indefectiblemente ganado lo suyo (y aun no exigiéndole dramatismos exacerbados), tomando en cuenta que se entiende la esencia de su decisión. No obstante tiene su estilo y reflexión, aunque sin cautivar demasiado, aun agradeciendo que tenga tino, cierta delicadeza. Pero notando que éste lado sensible no evita la libertad; sorprende la elección de la temática, su intrínseco salvajismo, su estado marginal y paupérrimo; o las escenas de desnudos abiertos y frontales en los baños masculinos. Es una obra que quiere ser inteligente aunque afín a dejarse ver con sencillez, a no recurrir por obligación a lo grotesco, a lo brutal, a lo radical, a lo raro, a lo vulgar, como uno hubiera esperado, pero teniendo un toque realista de carencia y suciedad, en lo que sobresale el uso de la iluminación natural. Vemos en un momento que nos cubre la negra noche como síntoma de suspenso, una oscuridad que hace de símbolo del alma humana.

El clímax del perro llamado Killer, la mascota bull-terrier de Marek, no está mal, pero lleva mucha elipsis, tanto que el animal se ve musculoso, grande y naturalmente peligroso, pero no llega a apreciarse mucho con ello, solo poco en lo común con lo del poder de su mandíbula en el trapo. En ese mismo concepto nada toda la propuesta, la calma lo subyuga todo. Hay un adormecimiento general, como en el gran efecto de los rasgos propios de esa piel pálida y gélida en una vista fija. La mejor lectura es el carácter firme en medio del abismo, que se debió explotar más. Vivimos tantos silencios, salvo unos breves sollozos en medio del enojo o el miedo. El filme opta por lo contemplativo y las tomas largas y secuencias de seguimiento cotidiano de la película (en la moto, la meditación en el bar, la espera y búsqueda en la casa en ruinas, los paisajes, las yardas de terreno agrícola recorridas a pie).