domingo, 12 de abril de 2015

Asu Mare 2

Película peruana que tiene el antecedente de que la primera es la más taquillera de la historia de nuestro cine, y hay que decir que por lo que se ve en el ambiente y la tanta publicidad va camino a reventar la taquilla de nuevo. Donde pude visionarla estaba repleto de gente en un lugar amplio y no paraban de reír a cada rato en la sala, hasta con lo más mínimo. Pero ¿con qué se reían? Con una sarta de chistes mayormente vulgares, sumamente directos, con hartas lisuras, y otros en doble sentido e igual de ordinarios, que remiten a lo peor que tenemos en la jerga, en lo llano o coloquial y en el lenguaje de la calle, ya que el barrio que remite Cachín es uno de los más bajos que uno puede tener, una cara bastante pobre de nuestra idiosincrasia criolla (y esto supera clases), fuera de retoques y mezclas de humanismo, amistad, cierta nobleza y cariño que acompaña. Visto bien es el que no mira atenuantes en el trato soez y excesivamente campechano, y es que a Asu Mare 2 se le ha pasado la mano en su chabacanería; el barrio es el barrio, aunque muchos ni saben realmente de lo que se trata porque solo ven el aspecto más superficial, expropiado, llevadero y simpático, pura nomenclatura, viendo que el que nos invoca ahora es  repudiable, aunque se pinte de broma y se esconda en la calidez del compañerismo más leal que vive alegrías en el quehacer común de beber en grupo, jugar al fútbol, hacerse bromas y compartir todo momento de recreación y de preocupación, porque lo que significa, es aguantar cualquier cosa, cualquier desfachatez, incordio y vergüenza dibujado de patota, tontees y confianza. Tampoco es que Cachín esté loco, y rechace a los amigos por gusto, fuera del efectismo y del estereotipo más facilista al que recurre como formato la película, el personaje de Cachín sabe que lo pueden dejar bastante mal parado, que el comportamiento de sus amigos puede ser muy burdo y sin límites de educación, pero claro, prima aceptarse, reconocer la amistad y de dónde venimos, aunque sea contener todo lo malo también de esa cultura de esquina, ese lado simpático que esconde lo lumpen, aunque suene algo extremo.

Me acuerdo de Relatos Salvajes (2014) que tenía momentos grotescos, de cierta catadura baja como defecar a vista del espectador en el parabrisas de un carro, pero al final en general estaban revestidas las viñetas de un formato que hacían a un buen punto distante y por encima a la realidad, la temática recurría al extremo, al cuento, casi a la parodia, siendo lo que veíamos mucho propio de una historia, habiendo trabajo estético y notoriamente ajustado a la ficción, al juego, dentro de una ligereza que implicaba noción de fantasía, de cine, mínima más no esquemática, y más desintoxicación por burla que sentido identificador, pero en cambio a Asu Mare 2 uno lo siente tan cercano, tan de a pie a uno, tan representativo, apelando a la empatía, a tocar la fibra emocional, al nacionalismo y a los sentimientos, pero a través de lo más resina, que lo que dejamos de ejemplo, o de diversión, es como un ataque a todo sentido real de civilización, promoviendo un criollismo que nos hace un país tan subdesarrollado, tan difícil de sobrellevar. Ya no es el pretexto de un día de furia para proponer violencia (recreativa) en la revancha, sino la aclimatación realista, de piel, contundente, a una desagradable e insoportable cara de nuestra peruanidad, de cómo movernos.

Todo está bajo elementos que van haciendo “llevadero” ese comportamiento y vulgaridad, ahí bailan marinera, hacen nostalgia de los años 90, de las telenovelas, series y grupos musicales pop, de cierta ridiculez o huachafería como le decimos nosotros, de valores de compañerismo, de tener personalidad, de humildad, de romper con límites de clases. Y lo mejor de la propuesta, sacar siempre un as bajo la manga, alguna novedad, habiendo una historia mucho más nutrida, bastante la verdad, con respecto a la primera, si bien se toca en base a lo conocido, al recurso y a lo mecánico, a la fórmula de llegar a la gente con lo primario, apelando a una sensibilidad de método, es decir sumamente fácil, una que se nota desde lejos su intención, y que es poco productiva como narrativa, ya que Asu Mare 2 es sumamente elemental, aunque cuenta muchas cosas. Hay muchos sketches, momentos, teniendo presente que pretende superar a su antecesora, y uno espera la sorpresa, o los elementos de nuestra historia musical (más ñoña) como con Torbellino; o de televisión, con los mismos integrantes de Pataclaun (uno como profesor de inglés en vídeo, otra como una esnob crítica de arte sin reales nociones, y los demás como sus mismos personajes y de lugares más acomodados que el protagonista), con frases de la caja boba como la mítica “que empiece la juerga” en un cameo de Julián Legaspi, habiendo varios (el más notable con el taxista ininteligible y de mal aspecto en Pietro Sibille), infinidad de nuestros lugares comunes dispuestos a la broma, aunque hay momentos que son tan obvios, o tan artificiales para generar compatibilidad que uno por ratos se llena de lo anodino o nulo, como con la distinción económica de los padres de Emilia, luego bailarines populares olvidados de sus prejuicios, para cerrar con el lema todos somos iguales, no a las diferencias sociales, que es parte importante del conjunto, tanto como que Cachín acepte de donde viene y con quienes comparte allá en su distrito, Mirones, Cercado de Lima, una zona austera.  

Un elemento importante es la participación de Christian Meier, que se presta para todo, como un malvado que quiere quitarle a Carlos Alcántara a su futura mujer, y desenmascararlo como un pobretón y acomplejado, cosas que Cachín lógicamente llega a remontar. Meier se burla de su propia figura de galán y de la música melosa que hizo. Su alabanza a sus canciones y que le pongan Carreteras mojadas a cada rato como estribillo ciertamente da risa, aunque un fuera mierda masivo sea tan penoso (creativamente) como desquite en el cierre a su colaboración. Meier hace algo exagerado, un cliché, pero lo interpreta realmente bien, que incluso uno esperaba que apareciera más en la película. Y con él Rodrigo Sánchez Patiño, que es un gran secundario, como el amigo fiel y chupamedias que dice la verdad y se queda fuera de lugar en la actitud que debe enarbolar como sujeto servil; al final es un tipo bueno, con un líder equivocado. Hacen una buena dupla de antagonistas. Después de Machín, estos son lo mejor del filme. No obstante Alcántara no hace nada excepcional, pero se le perdona por el formato, y gracias a su naturalidad; solo hace comedia sin más, pero, bueno, entretenida a un punto. Vuelve Emilia Drago, una chica simpática, de bonita figura, y su carisma pega; y tiene mucha participación, aunque no sea tan exigente en su performance, o no genere algo elaborado.

Asu Mare 2 es una mezcla de molestia, con muchas bromas patéticas, muchas secas pero sin inteligencia, en un guion que uno se pregunta quien lo ha escrito, porque recoge realmente al barrio, ese que fastidia y uno rechaza por no tener ninguna contención, al esperar de éste lo peor, aunque se nos pinte que también lo mejor, en una aceptación que vista bien a nadie con dos dedos de frente y sobre todo educación le haría gracia y no por clasismo ni supina marginación, que es como un pretexto del que todo tiene que aguantar. Presenta ratos de “y ahora que viene”, que sacan momentos uno tras otros, que es como un cajón de sastre. Da todo en cuanto a su esquema, simple, pero atreviéndose a mucho, y yo diría que se han pasado, pero tampoco se le puede pedir peras al olmo, y qué se puede hacer si a la gente le gusta esto, o hay que tragarse mucha mierda para ver sentimientos, y entretenerse, y si es así pues cada quien recoja lo que busca, yo en lo personal puedo ser condescendiente por una parte, y ver algunos destellos, personajes, y ocurrencias, pero el conjunto no es el más óptimo, dejando mucho que desear como comedia, y sobre todo como ejemplo, si es que quieren éste tipo de criollismo en sus hogares, y en mi valoración personal y bastante humilde, no es para entusiasmarse con el filme, aunque no le niego que tiene su ratos, y que hay disgusto con cierto gusto, pero a fin de cuentas reprueba a mi ver, aunque estoy convencido que cada pueblo tiene lo que espera, y en ello Asu Mare 2 ha dejado la camiseta en la cancha, el director Ricardo Maldonado, Tondero producciones, teniendo a muchos artistas nacionales involucrados, a los más sonaditos, carismáticos y llamativos, en lo que ya no es la historia de Cachín, ni la de su esposa, sino la de una idiosincrasia nacional, que en lo personal más que de diferencias, deberíamos hablar de evolución, si bien hay un cine al cual se le pide muy poco como sustancia, más allá de apariencias banales, o de mandar al diablo la corrección para hacer algún producto masivo, pero menor como arte, si es que se le invoca de alguna manera, que no sea simplemente entretener a boca de jarro.