miércoles, 27 de enero de 2016

Santa Teresa y otras historias

Ésta película del dominicano Nelson Carlo De Los Santos Arias fue presentada en el festival de Marseille 2015 donde ganó el premio Georges De Beauregard, y luego se hizo con el de mejor película latinoamericana en el festival de Mar Del Plata 2015. Es una propuesta experimental y una docuficción. Tiene un audiovisual bastante humilde, mientras hace de pequeño ensayo crítico y denuncia sobre la violencia, una que también es política, como lo refleja la voz en off de la egresada de la carrera de cine y activista Judith Gómez en su alter ego Polly Krac. El filme contiene imágenes de archivo, otras documentadas por el mismo director, o unas que hacen de soporte narrativo ficticio, como ver una estructura con una chiquilla leyendo escenas de tipo literario, a continuación recreadas (con contextos rurales, juegos infantiles o con el deambular de perros), habiendo varias formas de expresión visual, de lo más simples, como el pase lento o la estática sobre un zaguán poco iluminado o alguna casa vieja, a manera de fragmentos, en buena parte inconexos, libres, incompletos y paralelos, bajo la idea de un narrador de cuentos que sobrevuela por todo el formato. La mayor parte -harto sencilla- es propia del director, pero contiene la inspiración y centro argumental -aunque libre- de la adaptación de un capítulo del libro 2666 de Roberto Bolaño, tomando de contexto la ciudad imaginaria de Santa Teresa (creación de Bolaño), como también a un guía literario del mismo texto, el investigador y fotógrafo Juan de Dios Martínez, que yace tras los crímenes sin resolver de mujeres halladas muertas en la frontera de Ciudad Juárez, el lugar real en que se basa Santa Teresa. Presenciamos un México violento sintetizado, como la idea y sombra de la muerte y lo endeble de la existencia en el soporte visual sacado del Museo de Momias de Guanajuato. Estamos ante un México que hace de representación del feminicidio y la brutalidad latinoamericana. La obra está dedicada a las distintas visualizaciones de la mujer, tanto en su veneración como hacia su agresión, pasando por ver el detallismo de la transformación de los muxes, travestis con una mítica folclórica zapoteca detrás.