jueves, 22 de septiembre de 2016

Parque Lenin

La ópera prima de la francesa Itziar Leemans y el mexicano Carlos Mignon trabaja con dos lugares muy distintos, Cuba y Francia, mientras en el país latinoamericano se vive una vida de mucha austeridad, en el país europeo presenciamos una visión de la mayor modernidad, así se exhibe en el filme, en total naturalidad. Yesuán y Karla son dos hermanos, con Yesuán a cargo de la adolescente Karla, casi como un padre, en ausencia total de uno y de la muerte de no hace muchos años de la madre. Ellos viven en Cuba, y llevan una existencia de tiempos libres, él se tatúa, ella practica danza, juegan a las cartas, van a la playa, ella lava los platos, él hace trabajo de gimnasio en su casa. No hay mucho que contar de ellos, pero son felices, ríen, se dejan llevar por los días. Antoin es su hermano mayor y es gay, quiere ser cantante de ópera y estudia en Francia, tiene un gran sueño y tiene que trabajar mucho para alcanzarlo, debe perfeccionar su francés y su voz, entrena por ello con especialistas, mientras en el entretiempo practica vóley, aunque lo veamos esperar en la banca una oportunidad para jugar, tal cual desarrollar una carrera de cantante, para la que se prepara con dedicación y fijación, casi como si no existiera nada más alrededor. Antoin tiene una vida algo sofisticada. Karla y Yesuán una muy simple, como son ellos, pero también vitales en sus nostalgias, gracias y cariños. El documental es muy básico, no hay nada extraordinario en realidad, lo que trata es de vínculos de sangre y formas de vida, semejante a sacar del anonimato a alguien de la multitud, una persona como cualquier otra, y aun así todo ser humano tiene algo especial que mostrar, o simplemente se trata de una humanidad que siempre interesa, en mayor o menor medida.