jueves, 4 de mayo de 2017

Atrás hay relámpagos

En el mundo de las bicicletas bmx y las acrobacias 2 amigas, Soledad (Adriana Alvarez) y Ana (Natalia Arias), son las protagonistas del día a día, de la intrascendencia y el juego entre amigos, de una pandilla, paseando rodeados de focos de luz en sus bicicletas y teniendo sexo en carros deportivos clásicos. El filme tiene una pequeña trama sobre el hallazgo de un cadáver no identificado, en unos de los carros de la casa de la abuela de Soledad. Pequeña trama que desaparece sin más. El asunto del filme es ir por ahí en son de rebelde sano, pero vago. El director, el guatemalteco mexicano nacido en EE.UU. Julio Hernández Cordón, trata de hacer una película para lucimiento de sus 2 protagonistas, pero al comienzo caen medio insoportables con su actitud de chicas locas, en pos de lo cool, pero a medida que avanza el filme empieza uno a adaptarse a ellas, y sentir el clásico pura vida de Costa Rica, que es donde nos ubica Cordón, San José. El director a ratos pareciera tener solo en mente hacer escenas estéticas y de entusiasmo primario, con su infaltable toque musical confabulador. No pretende narrar nada especial, ni argumentar nada que no sea vagabundear con las bicicletas y ser simplemente por siempre joven. No hay mucho que decir del filme, es bastante simple, aunque tiene su simpatía, como un final terrible, una crisis salida de la nada.