domingo, 29 de octubre de 2017

Mimosas

La propuesta se divide en 3 partes del rezo islámico (reverencia, levantamiento y postración), la trama significa un recorrido por la fe frente al mundo del escepticismo religioso que se ha vuelto tan influyente, pero primero hay que tener presente que hacia la caravana que lleva a un Sheik a su descanso –quien ha decidido morir-  llegará un maestro sufí y no cualquier persona.

El personaje especial del filme es un maestro sufí que parece retardado y hasta suena cómico, Shakib (Shakib Ben Omar). Inicialmente todos lo ponen en duda, como cuando habla del demonio en la estación de taxis, y hasta se burlan de él, incluso su pupilo que aún no se ve así, sino un avispado hombre de mundo, el corpóreo. Shakib tiene su manera revolucionaria y naif de ver el mundo, como cuando opta en su idealismo, bondad y locura por el sacrificio, una muerte segura ante unos bandidos del desierto de Marruecos, instando a pelear por el amor, expuesto de manera muy básica. Shakib Ben Omar no es un actor profesional y en buena parte está haciendo de sí mismo, pero resulta harto carismático.

Por más curioso que parezca Shakib es el guía espiritual del autosuficiente Ahmed (Ahmed Hammoud) quien con otro truhan se comprometen a llevar el cuerpo del Sheik al lugar que había escogido para descansar, la ciudad de Sijilmasa, pero en realidad no conoce cómo llegar hasta allá cuando están cruzando por la cordillera del Atlas, solamente quería aprovecharse de la situación y coger la recompensa por llevarlo, y pretende abandonarlo. Pero aparece de pronto Shakib, uniendo dos tiempos, perpetrando un espacio conjunto de introspección.

Shakib en el presente es un taxista marroquí, vemos los vehículos ir por el desierto (luego uno transportando gente no identificada), como si fueran conducidos por ángeles, lo cual dígase que sonaría bastante cómico si lo pensáramos/emuláramos literalmente en nuestra realidad (la peruana), donde por lo general brilla la vulgaridad, la misma que se representa en los bandidos y asesinos y los peligros del desierto.  

Marruecos es un lugar místico para el director gallego nacido en Francia Oliver Laxe, que está por encima de lo salvaje o, en todo caso, cohabitan. El filme recurre a lo mínimo aunque es una película de aventuras también, un neo western metafísico sin mucha acción, de andares cansados frente al poder de la naturaleza, contextualizado en un lugar imponente, el desierto y la cordillera marroquí, agradeciendo de paso la fotografía del catalán Mauro Herce. Mimosas (2016) ganó el gran premio Nespresso de la semana de la crítica, festival de Cannes 2016.