viernes, 29 de diciembre de 2017

Scary Mother

Ópera prima de Ana Urushadze, hija del director de cine georgiano Zaza Urushadze (Mandarinas, 2013). Ésta película está narrada de forma convencional, pero tiene una historia con varias rarezas, sobre todo en la protagonista, Manana (Nato Murvanidze), aunque, claro, como dice el título, es una madre que intimida y esto se debe a un toque de locura en ella, que implica la libertad intelectual de Manana, ya que quiere ser escritora, pero su familia, especialmente su esposo y su padre, no yacen muy contentos con el manuscrito de su libro ya que tiene mucho de autobiográfico y hasta lo consideran pornográfico.

La película de Ana Urushadze llega a explicar todo, en la voz de los personajes. Se entiende que Manana se está liberando del yugo de ser ama de casa, de un esposo que trata de controlarla siempre y de un padre que estuvo ausente en su vida prefiriendo su profesión. Ella, como dice la película, se ha convertido en un monstruo de libertad e imprevisibilidad, que tiene hasta de demente. Lo que ella quiere es publicar su libro como bandera de esta liberación familiar. 

El filme tiene a Manana haciendo cosas raras, como pretender una aventura con su editor y amigo Nukri, un anciano un poco lento y medio raro, que le ha preparado un cuarto con luz roja para que ahí permanezca hasta terminar el libro que él alaba como obra maestra. El marido, desde luego, está molesto, pero no puede contra la transformación, rebelión, de su mujer. El cuarto rojo simboliza la zona prohibida. Manana atraviesa un puente a cada rato para salir de su casa, éste es otro símbolo, entre ambas vidas, la pasiva (dominada) y la activa (libre), el puente es el tránsito de una vida a otra, el meollo de la narrativa.

Si el filme no se explicase uno pensaría seguramente que Manana es un personaje absurdo, porque tiene mucho de ridícula e infantil en sus acciones, en contraposición de su marido que es pura seguridad y normalidad, y sus tres hijos tranquilos y maduros. Manana es como que quiere ser freak a una edad avanzada, como que quiere ser una Gloria (2013), cuando antes ha sido prácticamente un muerto dentro de su familia, una persona sin identidad ni fuerza. Incluso Manana hace las cosas con cierta timidez, pero sin rendirse a sus nuevos anhelos.

Manana quiere desnudar su alma y en el trayecto señalar los puntos débiles de su familia, una forma de redimir su sojuzgamiento y tomar una pequeña venganza, humillar a su marido y a su padre, las figuras patriarcales, machistas, omnipotentes y dominantes de su existencia. Es una liberación que visualmente no es explosiva ni furiosa, pero busca lo mismo, con la locura y extrañeza de Manana, he ahí su originalidad como película, que finalmente opta por la convencionalidad y amabilidad al explicar punto por punto lo que hemos presenciando.