lunes, 1 de enero de 2018

Call Me by Your Name

Un muchacho de 17 años vive con sus padres un verano en el norte de Italia en 1983, su nombre es Elio (Timothée Chalamet). Su padre, un estudioso de la arqueología griega, trae consigo un asistente llamado Oliver (Armie Hammer). Elio vivirá su primer amor con Oliver, en ésta historia romántica gay.

El filme será primero la indiferencia de Oliver por buen tiempo para pasar a la seducción de los diálogos y acercamientos sutiles y terminará como un idilio perfecto para ambos. En un inicio el filme los pretende muy cultos, y esto le quita gracia al producto, suenan disforzados y engreídos, aunque la elegancia sea también una virtud del filme, cuando estamos acostumbrados a figuras más pedestres en éste ambiente.

El filme va progresivo, se toma su tiempo en generar la atracción abierta, que cuando llega los vuelve a ambos tal cual unos niños felices. Esa naturalidad para la interrelación es parte importante del filme, se trabaja mucho con la cotidianidad de la vida intelectual y placentera. En Call Me by Your Name (2017) hay cierta discreción, pero no hay polémica ni lamentos, que no sea un corazón roto. El filme son unas vacaciones paradisiacas, leer libros, escuchar música, nadar en un río, hacer deportes playeros, tomar, bailar, conversar, tener mucho tiempo libre.

Elio también tiene una relación heterosexual, con la guapa y encantadora Marzia (Esther Garrel), que es muy dulce y desnuda escultural. Las escenas de sexo centrales son cuidadas, pero consistentes, no es ser vulgar, tampoco carecer de autenticidad. Hay mucho juego entre ellos, el filme se divide en tres etapas, acercamiento y distancia, compenetración y pasión, y despedida, en esto último el filme busca ser poético. A lo que se agrega un contundente y franco monólogo de parte del padre de Elio, interpretado por Michael Stuhlbarg. Venía sonando irreal, se oía demasiado permisivo, hasta que el padre hace una confesión y todo toma forma y credibilidad. Como dice un diálogo, la situación de Elio es la perfecta para él.

El filme no es en nada la típica película de tortura gay, de homofobia, y de superación, sino es una celebración de ésta opción sexual, casi como en un mundo alternativo donde es tratada la relación de manera idéntica, libre y satisfactoria, como cualquiera heterosexual. Elio más bien hará recurso de su personalidad, que la tiene definida, aparte de ser muy inteligente, para conquistar a Oliver, quien por ser algo mayor tiene más reparos y marca distancia.

Donde es más débil -adrede y necesario- Elio es en su sensibilidad, en pasar por su primer amor, porque no tiene dudas sexuales y es hasta audaz con ambos sexos, pero aún está descubriendo el mundo y eso engrandece el filme. Así compensa el ser un chico con tantas habilidades intelectuales que lo puedan convertir en algo fantasioso, demasiado idealista, por eso cuando estos dos amantes dejan tanta mención sabia y pasan a simplemente juguetear, emborracharse y tontear el filme toma más fuerza y realidad.

Call Me by Your Name es un retrato delicado, del italiano Luca Guadagnino, basado en la novela de título homónimo del 2007 de André Aciman. No es un filme agresivo, pornográfico y vulgar como otras muestras contemporáneas de temática gay como La noche (2016) y El desconocido del lago (2013), más bien es mucho más universal y creativo, una clara imagen natural de la homosexualidad hacia lo romántico y esencial.